su voz es como murmullo en mi memoria. cuando hablaba parecia contar un secreto, por el tono y por la poca frecuencia de su hablar. su piel era seca y pecosa. el es arquitecto de ciudades, casas, edificios y cuentos. y le gustaba dibujar con pasteles y acuarelas. una vez yo sali temprano de mi casa y al regresar por la tarde el me habia construido una casita en la asotea. otra vez construyo una casa patilarga como las de la selva en el jardin. siempre me gustaron esos refugios y tambien subirme a los techos con mi perra o mi gata como compañia. algunas noches subiamos todos incluido el a descifrar las bombas que estallaban a distancia corta. cuando eso se hizo mas frecuente el ya no vivia en casa. entonces los apagones se me hicieron mas negros con su ausencia. freir huevos en aceite de oliva me recuerda a el cocinando cuando acampabamos en el fundo de olivos el alamein. cada vez que frio huevos en ese aceite aparece esa punzada de su presencia eterea, lejana, que nunca se me va. hoy cumple creo que 70 años y no tengo su numero de telefono ni su email. pero me acuerdo y por eso saco este sentimiento a luz del blogg. a lo mejor le llega.
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