la noche estuvo intensa. algo de indio americano nos irradio y nos unio como a una tribu danzante. bailabamos muy cerca, con margaritas dos por uno y rocola sin fin. en parejas disparejas, una masa unida por la bebida, el amor, el desamor, la nostalgia y la necesidad de tribu en long island city. dejamos hasta un hueso roto, dimos besos al dolor. un tequila seco para calmarlo. muchas risas por lo locas que resultan las cosas despues de cruzar puentes y llenarnos de paisajes que pocos ven. poquito a poco este domingo fue conspirando para la tribu. y el hueso roto es muestra simbolica de ese poder. que sane pronto el hueso y que no sanemos nunca los locos de esta tribu.
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