Sangre nueva. Nueva York te la chupa. No se ya cuantas veces debes olvidarte de que eres mujer, la mujer que debe ser mujer y que se culpa por no ser la mujer a veces. No se cuantas veces mas deben dolerme mis silencios. He callado por temor a realmente no saber lo que digo. O porque ¿de qué te voy a hablar a ti, si tu sabes mas de tu dolor y no hay nada que te pueda decir que realmente sirva?. Mujer, tu sabes lo que es ser mujer y peor aun por allá en un pueblo de altura andina donde hay que ser mas mujer todavía. Entonces me queda tan solo escucharte en silencio para así llegar a estar un poquito mas cerca de tu sabiduría y tu dolor. Mujer. Optamos por ser subterráneas, tejedoras de heroísmos silenciosos, anónimos. Nos ponemos caparazón de hombre a veces, para resistirnos a nosotras mismas. Subterráneamente desatamos los silencios y los instintos animales para así saber que somos mujeres y que me da igual si me quieres o no, que yo también puedo ser hija de puta y puta también. Sin embargo no me olvido de que el cuerpo vale mucho pero nada. Que eres cuerpo y carne mas que mujer. Que te doy miedo y tu me das miedo porque me haces sentir mujer y eso me duele también porque entonces voy a salir perdiendo afuera y ganando solamente en el subterráneo.
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